La imagen de Santa Clara no está bien, aunque ya es un
secreto a voces, una constante en los medios de prensa o incluso una realidad a
la que muchos se han adaptado.
Sin embargo, la cotidianidad de este panorama no debe
incitar a la inactividad. No podemos quedarnos de manos cruzadas cuando
cualquier persona o institución cultural pega toneladas de hojas de papel por
todos los postes del tendido eléctrico, sobre todo en el centro o casco
histórico de esta ciudad santa y ya no tan clara.
Haila, Señorita Dayana o El Habanero son algunas de
nuestras figuras nacionales recientemente promocionadas por este canal que
ensucia y afecta la imagen de una urbe que un día destacó a nivel nacional como
uno de los lugares más limpios de esta Isla, pero que hoy dista mucho de esa
vieja realidad.
Quienes pegan casi nunca retiran lo mal hecho, y papeles
sobre papeles, huellas rasgadas por la lluvia y el tiempo permanecen como
decadentes muestras de una capital provincial que sobrevive por encima de regulaciones
urbanas y muy ineficientes trabajos de inspección.
Es válida la divulgación de ofertas culturales, incluso
que nuestros centros nocturnos se empeñen en querer llenar sus salas, pero
nunca a costa de la limpieza de las calles, del orden. La lógica citadina debe
ubicarse siempre por encima de las leyes de aldea.
Los medios de prensa, por ejemplo, constituyen buenos
escenarios para este tipo de publicidad, y si no resultan suficientes, los
espacios públicos tampoco constituyen la alternativa ideal.
Otra solución muy clara sería hacer valer nuestras
regulaciones urbanas con multas que afecten el bolsillo de los infractores. Si
tanta falta hace a nuestros artistas o instituciones culturales esta
improvisada propaganda gráfica, valdría la pena organizarla en un solo lugar y
así concentrar, al menos, el desorden.
Queremos que Santa Clara recobre su antiguo esplendor,
hasta ahora no veo señales de que pueda hacerlo, al menos es el criterio de
esta reportera.
Por Daniela Hernández Rojas (tomado de Telecubanacán)
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