Creado
en 1965 por iniciativa de Fidel, el plan Banao fue uno de los primeros planes
especiales impulsados por la Revolución. Todavía a Milagros Yeras Pérez se le
estremece la voz cuando habla de Banao, ese espacio agrícola del sur de Sancti
Spíritus, cercana a la también central Villa Clara, y que la naturaleza dotó de un microclima propio.
En
Banao llegaron a trabajar cerca de 2 000 mujeres en el cultivo del esparrago,
la fresa o la uva y la cebolla: «Fidel pasaba por allí cada 15 días, acompaña
mi madre al plan, apenas tenía 15 años pero estoy muy orgullosa de haber
participado en una misión como aquella, gracias a Banao afiancé mi fe en la
Revolución.»
El
naciente plan Banao expandió sus áreas, se construyeron albergues, comedores,
almacenes, talleres, toda una pujante infraestructura capaz de asimilar el
desarrollo agrícola y la estancia de las mujeres, que encontraron en el trabajo
agrícola la oportunidad del empleo digno y la inserción social.
« Compartir con Fidel era lo más natural del mundo, un hombre que se preocupaba por nuestra estancia y cada vez que nos visitaba supervisaba la comida e intercambia con nosotras, allí por primera vez se empleó la estimulación al trabajador, pues existía un tienda con artículos que no se encontraban a disposición de la población. »
Banao no
fue solo la parte agrícola, también tuvo una gran historia social, el plan
aseguró la educación de los hijos de las mujeres trabajadoras, se construyeron
en esa época un círculo infantil y una escuela interna en el campo Fidel
demostró con este plan el potencial y el recurso humano extraordinario para la
Revolución que había en las mujeres.
Por Adriana Araña García
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