martes, 1 de abril de 2014

Los Cien años del sensible zarapico

14:13


Creo que no existen hombres como yo en la tierra echando ojos por los ojos, con la cabeza llena de árboles estrellados, con el pecho colmado de árboles y arroyos.
Así se definía Samuel Feijó, una de las figuras más polifacéticas de la cultura cubana moderna. Este 31 de marzo se cumplen cien años del natalicio de quien se dedicó a encontrar lo popular en lo culto.

Tantas facetas hacen de Samuel Feijó una figura polémica, un hombre muy singular que todo el tiempo se autodefinía. Se llamaba a sí mismo intérprete del paisaje, un sensible zarapico.
Desarrolló simultáneamente una obra individual y una colectiva, esta última a fin de estimular la tradición popular y educar estéticamente a personas sin formación pictórica.

Primero poeta y luego narrador, escribe cinco novelas fundamentales, entre ellas Juan Quinquín en pueblo mocho la más editada y comercializada, todas novelas de gran riqueza filológica con un basamento rural.

Resaltó la belleza de los campos cubanos, el folclor campesino, la mitología afrocubana y siempre reflexionaba sobre el ser humano y sus relaciones con el mundo, sin embargo se considera un hombre equilibrado entre la tradición y la modernidad.

Editor de la revista Islas, de Signos, promotor del movimiento Dibujantes populares de Las Villas, desimista, pintor, una figura compleja de estudiar, con una extensa obra poética reconocida por prestigiosas voces de la cultura cubana como Cintio Vitier y Virgilio Piñera.

Samuel Feijó trascendió con un discurso cualitativamente nuevo y heterogéneo, y se recordará siempre como un creador culto que antepuso siempre su deber con una colectividad ávida de necesidades expresivas.

Por Lisandra DuránCreo que no existen hombres como yo en la tierra echando ojos por los ojos, con la cabeza llena de árboles estrellados, con el pecho colmado de árboles y arroyos.
Así se definía Samuel Feijó, una de las figuras más polifacéticas de la cultura cubana moderna. Este 31 de marzo se cumplen cien años del natalicio de quien se dedicó a encontrar lo popular en lo culto.

Tantas facetas hacen de Samuel Feijó una figura polémica, un hombre muy singular que todo el tiempo se autodefinía. Se llamaba a sí mismo intérprete del paisaje, un sensible zarapico.
Desarrolló simultáneamente una obra individual y una colectiva, esta última a fin de estimular la tradición popular y educar estéticamente a personas sin formación pictórica.

Primero poeta y luego narrador, escribe cinco novelas fundamentales, entre ellas Juan Quinquín en pueblo mocho la más editada y comercializada, todas novelas de gran riqueza filológica con un basamento rural.

Resaltó la belleza de los campos cubanos, el folclor campesino, la mitología afrocubana y siempre reflexionaba sobre el ser humano y sus relaciones con el mundo, sin embargo se considera un hombre equilibrado entre la tradición y la modernidad.

Editor de la revista Islas, de Signos, promotor del movimiento Dibujantes populares de Las Villas, desimista, pintor, una figura compleja de estudiar, con una extensa obra poética reconocida por prestigiosas voces de la cultura cubana como Cintio Vitier y Virgilio Piñera.

Samuel Feijó trascendió con un discurso cualitativamente nuevo y heterogéneo, y se recordará siempre como un creador culto que antepuso siempre su deber con una colectividad ávida de necesidades expresivas.

Por Lisandra Durán

Written by

We are Creative Blogger Theme Wavers which provides user friendly, effective and easy to use themes. Each support has free and providing HD support screen casting.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario

 

© 2013 Emisora de Radio Estereocentro. All rights resevered. Designed by Templateism

Back To Top