Gracias a los médicos y a
las fuerzas divinas, El jardinero y
primera base de los naranjas, Ramón Lunar
se encuentra fuera de peligro, después de ser impactado en el rostro con
un bate, que portaba el matancero Demis Valdés.
Y digo gracias a las fuerzas
divinas, porque sin la oportuna intervención del refuerzo villaclareño Rudeldis
García, algunos más hubiesen sido dañados, y posiblemente de forma grave.
Ahora las culpas no pueden
caer al suelo, y según varios medios nacionales, y la comisión de beisbol, al
juzgar por las sanciones, el primer pitcher del staff anaranjado y su manager
Ramón Moré, llevan la mayor parte, criterio que no comparto. La actitud
lamentable de Demis Valdés apenas se menciona. El castigo, que debió involucrar
a las autoridades policiales, por los estragos que ocasionó, completamente
risible.
Resulta que el problema tiene una raíz más profunda, y viene
desde la misma comisión nacional de beisbol,
que pone y dispone a placer, de
las reglas en el torneo, restando
autoridad a los árbitros que supuestamente deben impartir justicia en la campaña.
Consecuencias? Jueces
confundidos, y amedrentados, que no saben que pueden cantar, y que no,
entrenadores que lo protestan todo sin medida, y jugadores que se creen con el
derecho de tomar justicia por su propia mano.
Y no se trata de defender a
Freddy Asiel por el patriotismo provinciano que dijera un “ilustre”, porque
pienso que el incidente pudo evitarse de varias formas. Se trata de dejar de
irnos por las ramas, de llamar las cosas por su nombre, y con ley pareja para
todos sin mediar títulos nobiliarios en el beisbol cubano.
Lo de los pelotazos, no son
cosa exclusiva de Freddy Asiel , y la tropa de Moré, no, creo que los naranjas
están entre los que más han tardado en mostrar este tipo de comportamiento, y
en consecuencia son los más vapuleados.
Gracias a los médicos y a
las fuerzas divinas Ramón Lunar está fuera de peligro. No así el beisbol cubano,
que va cayendo en hueco muy hondo, y no aparece el paracaídas.
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