«Para hablar de los vínculos del Che con la Industria Nacional
Productora de Utensilios Domésticos (Inpud), de Santa Clara, hay que
retroceder en el tiempo al año1962.
«Fue en ese entonces cuando comenzó la preparación de la fuerza
laboral que manejaría su maquinaria», refiere Miguel Montero Betancourt,
quien todavía se mantienen activo en la industria fundada por Ernesto
Che Guevara el 24 de julio de 1964.
Montero estuvo entre aquellos aprendices captados en los ingenios de
la antigua provincia de Las Villas, que se formaron como obreros
calificados.
«Alrededor de 400 muchachos comenzamos a capacitarnos en el instituto
tecnológico Abel Santamaría, de Santa Clara. Nuestros maestros
procedían en su mayoría de Sagua la Grande y la Universidad Central
“Marta Abreu” de Las Villas».
Iván Rosales Gómez, fundador jubilado y contratado nuevamente por la
Inpud, quien también formó parte de aquella impronta, relata sus
vivencias.
«Un día se reunió con nosotros en el teatro del tecnológico, y nos
habló de lo que representaba la Inpud, y la necesidad de prepararnos
bien para dar respuesta a las producciones que se avecinaban. Se trataba
de refrigeradores, ollas de presión y cocinas de gas.
«Nos dijo que en los peldaños de la escalera quedarían algunos, y al
final perdurarían los mejores, pero que la escalera no terminaba ahí,
sino que era mucho más larga, y así fue.
«De los cerca de 400 estudiantes que comenzaron, alrededor de 250
llegaron a graduarse. Por esa escalera interminable sigue la Inpud en
sus empeños por retomar producciones tradicionales y otras más
novedosas».
«En la década de los 60 del siglo pasado prácticamente ninguna
vivienda cubana tenía un refrigerador, y la Inpud tuvo el privilegio de
estar presente en la mayoría de los hogares.
«Santa Clara tiene que agradecerle al Che su industrialización.
Planta Mecánica y la Inpud dieron un nuevo rumbo a la ciudad, y se
convirtieron en fuentes de empleo de cientos de trabajadores».
«De los cerca de 400 estudiantes que comenzaron, alrededor de 250
llegaron a graduarse. Por esa escalera interminable sigue la Inpud en
sus empeños por retomar producciones tradicionales y otras más
novedosas».
«En la década de los 60 del siglo pasado prácticamente ninguna
vivienda cubana tenía un refrigerador, y la Inpud tuvo el privilegio de
estar presente en la mayoría de los hogares.
Por Idalia Vázquez Zerquera (Tomado de Vanguardia)
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